¡Hola! ¿Qué tal el verano? El mío bastante normalucho. La verdad es que llevo todo el verano intentando sentarme frente a mi ordenador y redactar una entrada para el blog y se me pasan las ganas en cuanto lo intento. Creo que hace un tiempo que no encuentro un tema del que me apetezca mucho hablar y, por ello, he dejado de lado mi pequeño rincón... Pero como todo lo bueno se acaba, con la vuelta al cole he decidido volver también a escribir.
¿Y qué mejor forma de volver a la carga que hablaros de esas series veraniegas que suelen pasar desapercibidas porque todos estamos de vacaciones? En mi caso, no es que todas sean veraniegas, si no que yo las he ido descubriendo este verano.
La primera elegida para este especial es "Orange is the new black", quizá porque es la que más me ha gustado o porque es la que más claras ha dejado las cosas y la que tiene el mejor final de temporada listo para dejarte con ganas de ver la siguiente en ese momento...
Para meteros en materia: Piper Chapman (Taylor Schilling) es condenada a pasar 15 meses en la cárcel por un pequeño chivatazo que la relaciona con una red de tráfico de drogas. Lo que parece una pequeña condena fácil de cumplir es, sin embargo, un gran bache en su vida personal, ya que le supone dejar a su prometido, Larry (Jason Biggs), de lado durante un tiempo. Si ya de por sí la protagonista no sabe cómo tomarse su paso por prisión, las estrafalarias compañeras de patio y el descubrir que su ex novia, Alex Vause (Laura Prepon) y presunta culpable del chivatazo que ha dado con sus huesos tras las rejas está en la misma prisión sólo empeorarán la situación.
Mientras tanto, la familia y amigos de Piper deberán adaptarse a la nueva situación, algo que no resulta fácil del todo, ya que no quieren dejarla de lado pero no pueden contar con ella...
Motivos para que la serie guste los hay para dar y tomar. Los personajes son muy redondos, están muy bien escritos y las interpretaciones de los actores son brillantes, las situaciones mostradas son cómicas a la vez que dramáticas (o vice versa), pero una de las cosas que más me han gustado de la serie son los flashbacks que nos permiten conocer a los personajes mejor y saber porqué están allí.
Por otro lado, me encanta saber que la serie está basada en las vivencias reales de Piper, la protagonista (Piper Kerman en la vida real) ya que sus memorias dan algo de realidad a una serie que, precisamente por su vena cómica, podría haber terminado siendo una pantomima sobre la verdadera vida de las mujeres en prisión. Eso si, el basarse en hecho reales no ha provocado que la serie tenga muchas cosas ficticias, pero eso sólo hace que los capítulos sean más interesantes.
Producida por Netflix de momento la serie tiene una sola temporada (se está rodando la segunda en estos momentos) de 13 episodios que se ven en un abrir y cerrar de ojos. Se emitió a principios de verano y durante estas semanas se ha convertido en un verdadero fenómeno.
Definitivamente, una serie muy recomendable por muchos motivos pero, sobre todo, porque se hace amena y divertida. Incluso si la dramedia carcelaria no es lo tuyo (y si, yo no soy muy fan del género) merece la pena darle una oportunidad.
¿La habéis visto? ¿Cuáles son vuestras opiniones?
1 comentario:
yo paso de expresar mi opinión (que estoy cansada), directamente digo, que quiero ver la segunda ya
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