Llevo un retraso impresionan en mis entradas!!! La verdad es que llevo una rachita buena de no escribir y como me da mucha pereza y no las tengo preparadas... Todos lo sdías me digo a mí misma "mañana escribo un par de entradas y las publico poco a poco"... y al final nada!!
Hace mucho tiempo que tengo pendienters hablaros de esta serie que, en mi opinión, empezó bastante regular y que, sin embargo, ha mejorado mucho capítulo a capítulo. Eso si, no le quito que sigue habiendo cosas que no me gustan nada.
Pero antes de contaros lo bueno y lo malo, os hago un pequeño resumen del argumento: Emma Swan (Jennifer Morrison, conocida por ser la Dra Cameron en House) regresa una noche a casa del trabajo y se encuentra a un niño pequeño en su puerta que afirma ser el hijo que dió en adopción hace años. Tras hablar con el pequeño, de nombre Henry, se da cuenta de que lleva razón y eso le hace sentirse responsable de él, por lo que le acompaña a casa con su madre. Lo que Emma no sabe es que Henry piensa que todos los habitantes de su pueblo, Storybrook, son los personajes de los cuentos clásicos y que no recuerdan nada por una maldición que la madrastra de Blancanieves (su madre adoptiva) les echó y que Emma es la encargada de romper el hechizo y, lo peor, que todo eso es cierto.
Con todo esto de por medio, la pobre Emma descubre que no puede dejar el pueblo y que la madre adoptiva de Henry (alcaldesa también del pueblo, interpretada por Lana Parrilla) no es una persona excesivamente buena...
Mezcla de fantasía y realidad muy bien llevada.
Cosas malas: creo que la serie es un producto demasiado juvenil como para darle a los cuentos un final que no sea el "y vivieron felices y comieron perdices" tan conocido y el motivo por el que eso no me gusta es porque la gran mayoría de los cuentos tienen finales diferentes (y mucho más crueles) de los que conocemos... Por otro lado, como en toda serie, hay capítulos que no me interesan nada, las historias que nos cuentan son de un sólo capítulo, sus protagonistas no van a salir mas que en este y el final es edulcorado a más no poder (véase el capítulo de "Hansel y Gretel", insoportable a más no poder por su escaso interés). Tampoco me gustan los efectos especiales, cutres hasta decir basta, aunque esto se lo perdona porque no son parte muy importante de la serie y al no estar muy presentes... es fácil pasarlos por alto.
Cosas buenas: a pesar de lo pastelosas que son las pelis Disney (a las que se toma como gran referente en esta serie) la historia principal, protagonizada por Blancanieves y su Príncipe Azul, engancha cada vez más. Me gustan también mucho los guiños a otros cuentos que podemos encontrar en cada capítulo y esa gran ración de misterio que tiene la serie (¿porqué echizó al pueblo la madrastra de Blancanieves? ¿En qué reside el odio que siente hacia ésta? ¿Qué habrá sido de los personajes que todos conocemos en este mundo moderno en el que no recuerdan quiénes son realmente? ¿Cómo romperá Emma el hechizo?).
Yo os la recomiendo. Es verdad que tiene defectos que hay que pulir, pero es una serie entretenida, perfecta para pasr el rato (y si tienes niños, mucho más aún) y que nos hará recordar los cuentos que marcaron nuestra infancia desde el primer momento.
El pimiento que le importa a cada uno depende de la persona. En este blog podréis encontrar muchas de las cosas que conforman el pimiento que me importa a mí. Disfrutad! ;)
domingo, 19 de febrero de 2012
sábado, 4 de febrero de 2012
El topo (Tinker, tailor, soldier, spy)
Sé que hace un tiempo que no escribo. Sobra decir los motivos, no?? Es que siempre pongo las mismas excusas y ya no hace falta repetirlas una vez más.
Desde mi última entrada han pasado algunas cosillas: Sherlock vino, vio, venció y nos dejó de nuevo con la duda de cuánto tiempo nos tocará esperar esta vez para verle de nuevo en nuestras pantallas (hablo del Sherlock de la BBC que la nueva de Guy Ritchie aún no la he visto), el Detective Investigados Chandler empezó el lunes a investigar un nuevo caso desde su despacho en Whitechapel (como siempre, acompañado de sus rarezas y de los desordenados de sus compañeros), he decidido definitivamente que no veré más temporadas de Glee, he probado el bizcocho de zanahoria (al fin! ya sólo me queda el de chocolate y patata), etc... Sin embargo, lo que hoy me trae aquí es comentaros una peli que tenía muchas ganas de ver, que hacía mucho que la tenía pendiente y que al fin pude ver, "El topo".
A todos lo que estéis pensando "pues a mi el nombre no me llama mucho la atención, me parece un poco rollo" os estáis equivocando. Yo al principio pensaba que el nombre no decía nada de la película y ahora, tras verla, me doy cuenta de que dice, y mucho (vamos, nomre mejor era difícil ponerle porque si nos fijamos en el original, ese si que iba a sonarnos raro :S ).
Para los que no hayáis oído habla de la película, está basada en una novela de John Le Carré llamada igual y en la que se nos cuenta una historia de espías de los de verdad (es decir, de los que trabajan en un despacho, enterrados en papeles y que reciben llamadas misteriosas asegurando tener informaciones importantes y no de espías tipo James Bond, que se mueven por el mundo cual imitación de un Bruce Lee cutre).
En "El topo" nos encontramos a un espía retirado, George Smiley, interpretado por un Gary Oldman que refleja a la perfección la esencia de su personaje, (la de viejuno con más ganas de jubilarse que otra cosa y además, bastante deprimido por los constantes engaños de su mujer) que por recomendación de su ex jefe, Control (interpretado por John Hurt), debe investigar quién, de entre sus ex compañeros (ya sabéis: Calderero, Sastre, etc...), es el topo que ejerce como espía doble tanto para "El Circo" (la sede del espionaje inglés) como para los rusos.
Viéndose en complicaciones ya que no tiene acceso al papeleo que necesita, Smiley solicita la ayuda de Peter Guillam (Benedict Cumberbatch) para tener "libre" acceso y, de paso, que le ayude a descubrir todo "el pastel". Lo que ninguno de los dos espera es que Ricky Tarr (Tom Hardy), uno de los chicos de Guillam, esté pringado hasta las cejas en este asunto.
Dirigida por Tomas Alfredson (quien en su día dirigió la versión sueca del libro "Déjame entrar") y ambientada en los años 70, la película cuenta con una gran ambientación, de la que destaca el vestuario.
De principio a final la película está plagada de una intriga con mucho drama que, sin embargo, no resulta pesado, nos facilita seguir el hilo de la historia (en parte gracias a los flashbacks que nos muestran cómo son todos los implicados) y nos deja con las ganas de descubrir antes que nadie quién es el culpable (lo que hace que la película resulte interesante hasta el final).
Desde mi última entrada han pasado algunas cosillas: Sherlock vino, vio, venció y nos dejó de nuevo con la duda de cuánto tiempo nos tocará esperar esta vez para verle de nuevo en nuestras pantallas (hablo del Sherlock de la BBC que la nueva de Guy Ritchie aún no la he visto), el Detective Investigados Chandler empezó el lunes a investigar un nuevo caso desde su despacho en Whitechapel (como siempre, acompañado de sus rarezas y de los desordenados de sus compañeros), he decidido definitivamente que no veré más temporadas de Glee, he probado el bizcocho de zanahoria (al fin! ya sólo me queda el de chocolate y patata), etc... Sin embargo, lo que hoy me trae aquí es comentaros una peli que tenía muchas ganas de ver, que hacía mucho que la tenía pendiente y que al fin pude ver, "El topo".
A todos lo que estéis pensando "pues a mi el nombre no me llama mucho la atención, me parece un poco rollo" os estáis equivocando. Yo al principio pensaba que el nombre no decía nada de la película y ahora, tras verla, me doy cuenta de que dice, y mucho (vamos, nomre mejor era difícil ponerle porque si nos fijamos en el original, ese si que iba a sonarnos raro :S ).
Para los que no hayáis oído habla de la película, está basada en una novela de John Le Carré llamada igual y en la que se nos cuenta una historia de espías de los de verdad (es decir, de los que trabajan en un despacho, enterrados en papeles y que reciben llamadas misteriosas asegurando tener informaciones importantes y no de espías tipo James Bond, que se mueven por el mundo cual imitación de un Bruce Lee cutre).
En "El topo" nos encontramos a un espía retirado, George Smiley, interpretado por un Gary Oldman que refleja a la perfección la esencia de su personaje, (la de viejuno con más ganas de jubilarse que otra cosa y además, bastante deprimido por los constantes engaños de su mujer) que por recomendación de su ex jefe, Control (interpretado por John Hurt), debe investigar quién, de entre sus ex compañeros (ya sabéis: Calderero, Sastre, etc...), es el topo que ejerce como espía doble tanto para "El Circo" (la sede del espionaje inglés) como para los rusos.
Viéndose en complicaciones ya que no tiene acceso al papeleo que necesita, Smiley solicita la ayuda de Peter Guillam (Benedict Cumberbatch) para tener "libre" acceso y, de paso, que le ayude a descubrir todo "el pastel". Lo que ninguno de los dos espera es que Ricky Tarr (Tom Hardy), uno de los chicos de Guillam, esté pringado hasta las cejas en este asunto.
Dirigida por Tomas Alfredson (quien en su día dirigió la versión sueca del libro "Déjame entrar") y ambientada en los años 70, la película cuenta con una gran ambientación, de la que destaca el vestuario.
De principio a final la película está plagada de una intriga con mucho drama que, sin embargo, no resulta pesado, nos facilita seguir el hilo de la historia (en parte gracias a los flashbacks que nos muestran cómo son todos los implicados) y nos deja con las ganas de descubrir antes que nadie quién es el culpable (lo que hace que la película resulte interesante hasta el final).
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